En un repentino anuncio durante la mañana de este miércoles el ex mandatario de Perú, Pedro Castillo, anunció la disolución de la cámara del congreso, y la instauración de un gobierno de excepción, lo cual fue inmediatamente considerado como un golpe de estado y adelantó la sesión que se tendría con los miembros del congreso para votar sobre la continuidad del presidente, misma que terminó destituyéndolo.
La decisión que había tomado Castillo era de una gravedad de mayor escala, el gobierno de excepción se encuentra descrito por el artículo número 137 de la Constitución de la República de Perú y se refiere a que: ”Se puede restringir o suspender el ejercicio de los derechos constitucionales vinculados a la libertad y seguridad de cada persona, así como la inviolabilidad del domicilio, libertad de reunión y de tránsito en el país”.
Para la destitución del presidente tenían que tener el voto a favor de por lo menos dos tercios de los 130 miembros del congreso que representan el 100%, la decisión fue abrumadora con un 101 de votos que apoyaban su salida de la silla presidencial, e inmediatamente después de la decisión, Castillo fue puesto bajo la custodia de la Policía Nacional de Perú.
Dina Boluarte, la vicepresidenta en turno mientras el mandato de Castillo, asumió la presidencia de forma inmediata, y enfrentará una de los peores crisis política-social en la historia de su país.